¿Desde hace cuándo y cómo surgió el escaparate?
En el siglo XVIII, el comercio se fue transformando y aparecieron las primeras tiendas especializadas, sobre todo en el ramo textil y también los primeros maniquíes de mimbre y de cera.
En el siglo XIX con la revolución industrial aumentó la demanda y la producción y nacieron los grandes almacenes, con espacios abiertos, acristalados y buen iluminados.
A principios del siglo XX, empieza cada vez a adquirir más importancia la comunicación visual, se perfecciona el maniquí y los empresarios comienzan a cuidar la presentación de los escaparates.
En los años 50 y 60, fue aumentando la producción pero la compra aún se regía por la costumbre, teniendo más importancia el trato y la confianza que la imagen externa del local.
Aun así surgieron algunos almacenes que empezaron a distinguirse de los demás por su imagen.
Esa partir de los años 70, cuando se recrudece la competencia y los comercios evolucionan hacia una compra especializada y una imagen más cuidada. Empieza a considerarse fundamental la decoración exterior y del escaparate.
La década de los 80 y los 90 supusieron la revolución de la imagen comercial. El diseño del marketing, el merchandising, son todas técnicas que intentan vender al cliente antes de llegar a la tienda.
¿Cómo ha sido la evolución en el escaparatismo?
A lo largo de la historia y a medida que el comercio se iba desarrollando, ha ido creciendo la necesidad de colocar los artículos a la vista de las personas y esto se ha ido haciendo de maneras más sofisticadas.
La revolución industrial y los adelantos técnicos, así como el avance del capitalismo han determinado en buena medida la forma de entender él escaparatismo en la actualidad.
Hoy en día se considera que el escaparatismo es una herramienta fundamental para atraer al público al punto de venta y desencadenar el proceso de compra que finaliza con la adquisición de productos por parte del cliente.
¿Qué tendencias ha habido en el escaparatismo?
La planificación del escaparate debe ser concebida y el producto debe ser elegido en función de las distintas estaciones del año y así como de las fechas señaladas maximizando las posibilidades de la venta en momentos más propicios para ello. Ello es tanto como decir que existen momentos más adecuados que otros para montar un tipo de escaparate.
En la venta de numerosos productos se producen incrementos de venta en determinadas épocas del año, como en Navidad, día de San Valentín del padre o de la madre, carnavales etc., y esta circunstancia exige el montaje de ciertos escaparates.
Las estadísticas propias de ciertas marcas o tiendas reflejan una mayor demanda de determinados productos especialmente bien duraderos, en determinados momentos del año. Es oportuno entonces exhibir más intensamente estos artículos.
La aparición de una moda, cambios climáticos imprevistos, eventos o incluso catástrofes naturales, todas las situaciones son apariciones rápidas que reaccionan a un tiempo.
Determinados sectores exigen un alto grado de renovación de género en el escaparate por los continuos cambios que se producen en él, como por ejemplo, en el mundo de la moda. Estos no significa que el escaparatista deba improvisar, sino que tendrá que informarse con el tiempo de las tendencias de la temporada siguiente y planificar un montaje de escaparate con suficiente antelación.
El montaje frecuente y repetido requiere una inversión, de manera que el presupuesto dedicado al escaparatismo tenga una tendencia a la baja o a lo largo del tiempo.
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